NIÑO DE ELCHE


Antología del cante flamenco heterodoxo, de Niño de Elche, por Abraham Rivera (El País, Radio 3)

Francisco Contreras Molina nació en 1985. Su primer acercamiento al flamenco fue todo lo extraño y ajeno que puede ser para un joven inquieto nacido en un “gueto de granadinos emigrados a Elche”, como le gusta comentar. Su padre quería que heredara la esencia de un Miguel Poveda. “Mas gordito”, dirá en una entrevista. Su fama de aventajado alumno flamenco se fragua en el pueblo de Montejícar (Granada) donde recibe sus primeros premios. Luego vendrán innumerables galardones en festivales del cante repartidos por toda la geografía española (La Unión, Linares, Carmona, Torre-Pacheco). Hasta que algo hace click en su cabeza y decide distanciarse, a su manera, de todo aquello. Reinterpretando, reelaborando y reapropiandose del pasado flamenco que tanto le ha marcado. Así, desde aquel lejano Sí, a Miguel Hernández del año 2013, Paco se ha convertido en un referente, si hablamos de modular y moldear lo jondo. Desde dentro, desde la esencia, pero mezclando aquello con otro tipo de ritmos ajenos a lo andalusí. Tras aquel sentido homenaje al poeta de Orihuela, llegará Voces del extremo. Obra que ponía en primer plano la problemática social y el malestar del presente más inmediato. Tres años más tarde, hacía lo propio con el cancionero popular, dando lustre a su propia Antología del cante flamenco, introduciendo a John Cage o al artista conceptual Isidoro Valcárcel Medina, en una nueva forma de remover y asentar lo que el flamenco significa y debe ser en pleno siglo XXI.